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"Ésta no es una Corte Celestial”, dice presidenta de la CC

Sí, tres de los cinco magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) decidirán si hay elecciones, si participa Manuel Baldizón como candidato presidencial, o si el Congreso tiene que decidir con 105 votos si quita o si no mantiene la inmunidad de Otto Pérez Molina. Gloria Porras, la actual presidenta, aguerrida y minoritaria, cuenta cómo es la vida entre pasillos de la institución definitoria de la República de Guatemala.

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Gloria Porras, presidenta actual de la Corte de Constitucionalidad.

Foto: Carlos Sebastián

Hace una semana Gloria Porras firmó por vez número 100 un voto razonado –opositor a la mayoría–. En cuatro años, la magistrada más joven, de 55 años, designada por el expresidente Álvaro Colom, ha disentido de la mayoría de los cinco jueces esa cantidad de veces. El más importante probablemente sea su voto opositor a la sentencia que anuló y enmarañó el juicio contra Efraín Ríos Montt por el delito de genocidio. Fue ella –junto al magistrado Maurio Chacón– quien predijo que la anulación del juicio sería devastadora para el sistema de justicia guatemalteco.

Fue minoritaria también cuando se decidió sobre validar el proceso de elección de jueces que incluía manipulación desde el Congreso o la Vicepresidencia, o cuando la mayoría decidió proteger al presidente Otto Pérez Molina para que no se le quitara la inmunidad para ser investigado por los escándalos de corrupción de su gobierno.

Sentada en su despacho, con un saco rosado y serena, Porras habla sobre los pulsos y la crisis provocada por los escándalos de corrupción y la participación ciudadana.

P: ¿Cuál es el papel de la Corte en esta crisis política y electoral?

R: Tiene un papel trascendental. Todos los asuntos desde el 16 de abril han llegado a esta Corte. La Corte ha estado haciendo su mejor esfuerzo por atender los asuntos con prontitud, como en el caso del Presidente de la República, en el que la primer sentencia (definitiva) se dictó en 33 días; que va también muy de la mano con los planes de trabajo que me identifiqué desde que tomé posesión (como presidenta, de marzo de 2015 a marzo de 2016).

P: ¿Qué tan difícil ha sido para usted trabajar con base en ese plan?

R: Ha sido un difícil. Recuérdese que soy mujer. El hecho de ser mujer dentro de cualquier organización es complicado. He intentado implementar un sistema de depuración inicial de expedientes (de los miles que la Corte no ha resuelto). A pesar de que ha sido aprobada por el pleno, no logro obtener todos los resultados que quisiera. Pero no voy a desistir.

P: ¿Por qué ha sido difícil por ser mujer?

R: Lo veo a partir de algunas expresiones en los medios, que refleja lo que se vive internamente. Por ejemplo, que estoy apasionada o enojada cuando mi análisis jurídico es diferente a lo que piensan los demás. Son conceptos erróneos porque cuando un magistrado hombre se enoja, la mayoría de lo asume de una manera distinta: “Ya se enojó, hay que hacerle caso porque ya está molesto”. Los hombres imponen una manera de ver las cosas; las mujeres actúan en base a emociones y no a reflexiones, a análisis.

Esos conceptos a las mujeres nos toca irlos superando. Y lo satisfactorio es que los resultados se van dando.

P: En su ausencia, la mayoría de magistrados detuvo el proceso para quitar la inmunidad al presidente Pérez Molina. Usted dijo que había sido una sentencia política y no jurídica. ¿Qué fue lo que pasó?

(Después de que la Corte Suprema de Justicia, por unanimidad, había decidido dejar vía libre para que el Congreso retirara la inmunidad al Presidente porque consideraron evidente su responsabilidad en los escándalos de corrupción, una abogada, Karen Fischer, dijo que se violentaba la Constitución. La minoría de la Corte de Constitucionalidad y muchos abogados de prestigio dijeron que no tenía legitimidad para intervenir –es decir, no tenía vela legal en ese entierro–.)

R: Se tomó una decisión política. Uno de los primeros pasos antes de tomar una decisión (en la Corte) es revisar si la persona que presenta el amparo (la protesta) tiene legitimidad. Nunca creí que fuera un asunto que fuera a llegar a tramitarse, porque la interponente –Karen Fischer– no tenía legitimación.

Habérsele reconocido supone un antecedente para otros casos sobre antejuicios (inmunidad). Honestamente tengo una profunda preocupación que en todos los antejuicios ahora aparezca una tercera persona a objetar ese antejuicio, cuando es un derecho que corresponde con exclusividad a la persona que goza de inmunidad. Entonces habían dentro de mí muchas preocupaciones; el caso en sí mismo por lo político, por lo trascendental, por ser el Presidente de la República. Así que mi decisión fue salir y exponerlo públicamente. Finalmente se denegó el amparo. Yo no estoy absolutamente satisfecha porque lo dejé plasmado en un voto razonado (opositor, minoritario).

Hay dos cosas que me siguen pareciendo que no eran acertadas: la primera fue haber dictado sentencia en un asunto en el que no hay legitimación; y segundo, el mensaje que se mandó al Congreso. En la resolución hay un párrafo en el que se le dice –a los diputados- que en vista de que la CSJ no cumplió con hacer un análisis sobre si eran motivos espurios o políticos los que motivaban el antejuicio, prácticamente le está dando esa responsabilidad al Congreso, que ellos analicen, y eso no es algo que les corresponda porque corresponde con exclusividad a la CSJ.

P: ¿Cree que los magistrados que detuvieron el antejuicio contra el Presidente se aprovecharon de que usted no estuviera en el país?

R: En ningún momento he querido manifestarme al respecto, porque la semana pasada por ejemplo, no estaba presente el magistrado Héctor Hugo Pérez Aguilera, y resolvimos el asunto del diputado Gudy Rivera. La Corte no se puede parar porque no está uno de sus integrantes. Hay mecanismos para suplir las ausencias. Lo que sucede es que a mí sí me desconcertó la decisión. Es normal. Yo nunca he cuestionado el hecho de que se haya conocido; si he cuestionado la forma en la que se resolvió.

P: Pero la ausencia de algunos cinco titulares cambia el balance de poder.

R: No, lo que sucede es que a veces hay una ética entre nosotros o algunas reglas. Una de ellas es que cuando son asuntos de trascendencia lo conocemos los titulares. Siempre tratamos de que estén los titulares. Siendo un asunto de tal trascendencia, un antejuicio contra el Presidente, sí me sorprendió que no hubieran esperado mi presencia porque yo siempre he sido respetuosa en otros asuntos que yo quiero resolver, pero a veces está fuera un titular (y no lo resolvemos). No se respetó esa regla que nosotros manejamos. Pero igual, el asunto se resolvió y creo que eso es lo importante, que la Corte resolvió el asunto, despejó todas las dudas y ahora ya no está en manos nosotros, sino en manos del Congreso (Líder-PP mantuvieron la inmunidad del presidente esta semana).

Es evidente que surgieron entre nosotros (los cinco magistrados) algunos roces, algunas cuestiones que a lo mejor no se deberían dar pero surgieron. Y creo que todo el mundo se percató de que estaban ahí, y yo no lo puedo negar y no lo voy a ocultar.

P: ¿Afectó este caso el trámite de otros antejuicios y su relación con otros magistrados dentro del pleno?

R: Yo he estado expresando desde que vine que me molesta que digan que esta es una “Corte Celestial” o que le den a la corte una cobertura hasta mística. Se olvidan de que esta está integrada por seres humanos, y los seres humanos en algún momento tenemos nuestras emociones, nuestras diferencias. Al igual que cualquier grupo de personas cuando hay una situación difícil como esta, nos cuesta un poco volver a retomar las cosas y encausarlas; pero he puesto de mi parte el mayor profesionalismo posible. Creo que tengo más de 20 años de ejercicio y siempre he sido muy respetuosa, y si hay una diferencia de opinión al día siguiente las cosas tienen que seguir porque vienen otros asuntos.

En el asunto de (la candidatura de) Zury Ríos volvemos a tener una diferencia sustancial, que no ocasionó la misma crisis que fue el tema del Presidente, pero fue un asunto en el que igualmente volvimos a tener diferencias profundas de opinión, en el tema de la legitimación, y eso me tiene sumamente preocupada porque creo que por ese tipo de decisiones, los abogados y los ciudadanos en general no van a saber identificar cuando tienen legitimidad o cuando no la tienen.

P: Entonces, ¿cuál es el criterio de la Corte respecto a la legitimidad?

R: Creo que la Corte está dejando muchos vacíos en esto porque la Constitución señala que el proceso electoral se determina por la Ley Electoral y de Partidos Políticos; y esta es una ley de carácter constitucional. Y la Ley Electoral determina que todo lo concerniente al proceso electoral corresponde al Tribunal Supremo Electoral. Y cuando dice “todo” es todo.

(La mayoría de magistrados de la Corte decidieron que el TSE no podía apelar la inscripción de Zury Ríos como candidata. Argumentaron que no tenía legitimidad para actuar.)

Es cierto que la Corte anterior (2007-2011) creó esa confusión de reconocer la legimidad del TSE en unos casos y otros no. Tengo que admitir que quizás no tenía yo la suficiente experiencia para sostenerme en un solo criterio o no lo hice con la suficiente fuerza. El caso de Zury Ríos es un caso unidistancial porque es el partido (Viva) y la decisión del TSE, que si le reconocemos esa majestuosidad que le da la Constitución y la Ley Electoral, entonces por supuesto que el TSE sí está legitimado, desde mi apreciación, y si si ellos negado la inscripción es porque hicieron un análisis jurídico.

Esta es otra cuestión que me vuelve a preocupar; no por el caso en sí mismo sino por cómo afecta a los demás y si el TSE podrá participar dentro de las decisiones que la corte tiene que hacer, siendo la máxima autoridad electoral.

P: A dos semanas de las elecciones, ¿cuál será el papel de la Corte de Constitucionalidad, tomando en cuenta que una resolución como ésta pone en duda si el TSE pueda actuar en casos relacionados a las elecciones?

R: Es una pregunta muy, muy difícil de responder, porque tenemos aquí el asunto de Alfonso Portillo (el TSE negó su inscripción por haber cumplido una condena por soborno); tenemos otros asuntos que vienen del Congreso de la República.

P: ¿En esta coyuntura electoral se hace más delgada la línea entre lo político y lo jurídico? Las presiones sociales, las partes, las ideologías.

M: Pues mire, sí es decisión política conceder legitimidad a una persona que no la tiene conforme todos los precedentes que hemos mencionado.

P: El inicio de su presidencia en la Corte coincidió con la fecha en que se desarticuló La Línea, con las manifestaciones de #JusticiaYa y la crisis política. Guatemala está cambiando, ¿la CC también? ¿Cómo es adentro?

R: La Corte cambió. Indiscutiblemente cambió. Cuando yo la entregue (la presidencia, en marzo de 2016) va a ser una Corte diferente. Yo vengo de una institución –fue subjefa del Ministerio Público entre 2008 y 2010, cuando se instaló la CICIG- donde hay una base de datos en la que se puede sacar conclusiones sobre los delitos más fuertes, las zonas, etc. Tener ordenada una base de datos sirve para tener información y tomar mejores decisiones. ¿Cuántos casos hay de mujeres (reclusas) que están pidiendo su libertad en la Corte de Constitucionalidad? ¿Cuántos hombres vienen a buscar su libertad después de haber violado niñas? Le imprimí una fuerza a todos los letrados porque ellos iban sacando los casos respecto a su lógica y su tiempo. Ahora estamos conociendo 30 casos diarios.

P: La CC ha sido más ágil en el tema de antejuicios. Se han denegado casi todos los amparos (las protestas de abogados defensores) que buscaban detener el retiro de la inmunidad contra abogados acusados de corrupción.

R: Todavía hace unos meses estábamos conociendo temas del proceso electoral anterior (2011). Eso significa que aunque al final le digamos no a un candidato, estuvo cuatro años en el cargo. Este proceso de hacerlo en un máximo de 30 días tiene un sentido y el hecho de que salga tan rápido hace que la Corte esté jugando un rol mucho más activo y mucho más actual. Más presente e inmediato.

P: Han recibido más presiones para resolver.

R: Presiones tenemos todos los días, pero yo no me dejo presionar por nadie. Todas las personas buscan hablar con uno de manera directa o indirecta. Pero cuando vamos a resolver el caso, lo que hago es llamar al equipo de trabajo y revisamos el expediente. Me creo algunas antipatías porque a veces me hablan y creen que por eso las resoluciones van a salir a su favor.

P: ¿También hay presiones de partidos políticos?

R: Todos, todos, de manera general. Todos hacen su esfuerzo por intentar hablar con uno, pero hasta aquí yo le puedo decir que nunca he hecho una decisión por ningún tipo de presión. Yo me puedo equivocar y la gente quisiera que uno dijera lo contrario, pero yo sigo siendo un ser humano, una abogada de buena fe. Me esfuerzo por estudiar los asuntos y eventualmente en alguna decisión pudiera ser que no sea el mejor criterio, pero minimizo los errores dedicándole tiempo a los casos y consultándolos con mi equipo de trabajo.

P: Algunos sectores, como el Colegio de Abogados, empiezan a mover sus fuerzas para la elección de magistrados de la Corte de Constitucionalidad, del próximo año. ¿Se hace más sensible esa presión?

R: Yo no lo he percibido. He estado muy ocupada en hacer públicos a los abogados que le deben el pago de multas a la Corte. Deben Q8 millones (US$1 millón). De los movimientos políticos (en el Colegio de Abogados) para seleccionar (futuros) magistrados no estoy al tanto. Creo que la coyuntura va a obligar a que los próximos funcionarios públicos puedan superar cualquier duda sobre capacidad y honorabilidad. Veo muy positivo todo lo que está pasando en el país.

P: ¿Ha pensado en reelegirse?

R: Cuando estoy en un puesto nunca pienso en una elección futura. Pienso en hacer mi trabajo bien.

P: Por sus fallos en casos emblemáticos se le tacha de ser de izquierda, en contraposición a la mayoría conservadora. ¿Cómo ha sido la dinámica en la Corte en ese sentido?

R: A mí me han calificado de que soy de izquierda cada vez que defiendo los intereses de gente que tiene menos posibilidades económicas; cuando defiendo intereses de niños, cuando defiendo interese de mujeres, cuando estoy en contra del narcotráfico. Entonces yo pregunto cuál es el concepto de izquierda que tiene la gente. Si alguien me dice que por defender esos derechos yo soy de izquierda, no voy a dejar de defenderlos por eso. Yo en esta Corte lo que he hecho es tratar de mantener posturas objetivas en los casos de gente o de grupos vulnerables y eso me ha ganado que me digan que soy de izquierda. No pertenezco a ningún partido político. Aquí hay decisiones a favor y en contra del partido con el que me han vinculado, y a las personas que me vienen a hablar, les digo: actúe conforme a la ley y tenga la certeza de que voy a respaldar lo que esté en la ley.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Eduardo Castillo /

    26/08/2015 4:20 PM

    Este tema del antejuicio para OPM me da mucha curiosidad. Ella acá pone que la sorprende no que lo hubieran conocido si no el resultado. Cosa que contrasta drásticamente contra sus primeras declaraciones en televisión al respecto.

    Y pregunto yo: ¿Acaso no es el magistrado presidente el que convoca que casos se van a conocer en las próximas sesiones del pleno? Siendo esto afirmativo... Dandole la importancia que dice usted que tiene ¿decidió dejarlo convocado e irse para evitar el conflicto? ¿O su equipo de trabajo "metió la pata"? Digo porque alguna de las dos respuestas tiene que ser. Es responsabilidad TOTAL de la presidencia que ese caso se convocara en su ausencia así que seguir navegando con banderita de traicionada y sorprendida en ese caso no tiene la más mínima credibilidad. Es cobardía o ineptitud, una de dos.

    Con lo del TSE yo veo confuso el hecho en donde el TSE actual como un ente administrativo que impone sanciones etc y otro distinto cuando está orquestando un proceso electoral. En un proceso electoral el tribunal debe ser un juzgador. ¿En que le afectaba al TSE la participación de Zury para tener la necesidad de apelar? En todo caso que apelaran los demás partidos.. no ellos. La Dra. Ana Elly López Oliva Magistrada suplemente del TSE para mi cometió televisivamente los motivos por los cuales no se debía dar legitimación al TSE para apelar. Ella expresó motivos tan rídiculos como decir que no se le debía dejar participar como "castigo al papá". Por favor si es principio de derecho no cargar con penas por cosas que uno no ha hecho. Han habido muchos fallos donde se entiende claramente la distinta postura de la CC dependiendo del tipo de actuación que este llevando el TSE. Como ente administrativo o como orquestan de elecciones. Aquí ya se estaban emitiendo juicios personales en contra de Zury. Al igual que Mauro Chacón que ha dicho abiertamente que el no quería que participara Zury porque ideología personal; creo que siquiera el magistrado Chacón ha tenido los pantalones para dar sus verdaderos motivos personales (aunque debía haberse escusado de conocer) pero no viene a un medio a hacerse el ignorante respecto al criterio de la corte a la que pertenece. Yo siendo abogado externo lo tengo muy claro, no entiendo como la Magistrada Presidente viene a un medio a hacerse la asombrada y desentendida.

    Comparto la falta de legitimación de Karen Fischer, sin embargo pregunto porque a Hellen Mack si se le acepta todo tipo de intervenciones cuando ella tampoco tendría legitimación. O todos hijos.... o...... ¿defendemos ideologías que nos gustan?

    A Martín le digo que para toda la publicidad que está recibiendo de boca en boca y en espacio radial con la familia Kaltschmitt debería ponerle ojo a este tipo de notas. Las preguntas van ya dirigidas plasmando un juicio de valor. Para mi nada fuera del periodismo tradicional donde cualquiera con un buen conecte se puede mandar a comprar una nota.

    A la señora Magistrada le recomendaría que aún tiene 8 meses para aprender a ser un Magistrado Constitucional (no es que diga que sea la única que no lo es en la CC ya que son varios que carecen también de ese conocimiento) que deje su postura de Fiscal del MP y activista de DDHH y aproveche esta gran lección de aprender a ser Constitucionalista.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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