Por qué es importante frenar a los políticos y proteger al TSE (en 6 puntos)

El problema que tenemos con el Congreso y el Gobierno es que en 2015 era tanta nuestra necesidad de sacar a la banda de ladrones del Partido Patriota y frenar la llegada de otro ‘líder’ de ladrones a la Presidencia, que nos comimos el cuento que las elecciones iban a ayudarnos a limpiar el país de los viejos políticos. Y no fue así. En realidad elegimos un Congreso dominado por los mismos partidos: PP, Líder y UNE. Claro, como el TSE canceló a los primeros dos porque no pudieron demostrar el origen de su financiamiento, se convirtieron en FCN, MR, Alianza Ciudadana y UNE.

Este caso nos muestra cómo la corrupción trasciende ideologías. Los periodistas Jody García y Javier Estrada, de Nómada, grabaron una discusión en la que se llega a un pacto entre ‘enemigos ideológicos’. Por un lado, los conservadores (PAN, Unionista, CREO) y por otro, los socialdemócratas (UNE). Los que siempre se oponen a reformas contra la impunidad y la corrupción junto a los que las han apoyado desde 2015 pero sólo para mantenerse en el poder.

Así que aquí hay 6 puntos de por qué necesitamos frenarlos y provocar reformas.

1. Los políticos corruptos saben cómo defenderse y mantener el poder

A pesar de que Guatemala es el país de América Latina con más diputados, ministros, jueces, militares, dueños de medios y empresarios financistas tras las rejas o prófugos gracias al arduo trabajo de la CICIG y el MP (y jueces, policías, periodistas y ciudadanos), el 2016 y el 2017 nos han mostrado cómo un sistema corrupto puede dar batalla para mantenerse en el poder.

El sistema corrupto tuvo 37 años para anidarse en el poder en Guatemala prácticamente sin ninguna oposición desde las peores dictaduras entre 1978 hasta 1985 y con los peores políticos que gobernaron desde 1985 hasta 2015. Sobrevivió el cambio de la dictadura a la democracia, de la democracia cristiana de Cerezo a los neoliberales de Arzú a los progres mezclados con militares corruptos de Portillo y Ríos Montt y los neoliberales de Berger y los socialdemócratas de Colom y tocamos fondo cuando llegamos a los militares corruptos aliados de empresarios corruptos con Pérez Molina, Baldetti y Sinibaldi (2012-2015). Ah, y claro, todos aliados con muchos medios corruptos o asesores corruptos que ahora se reciclaron y dicen que son periodistas.

Como buenos estrategas, saben que no pueden tener un discurso pro-corrupción o pro-impunidad. Entonces buscan discursos acorde a su público.

Los conservadores buscan los peores fantasmas entre los conservadores y nos acusan a los que cuestionamos y fiscalizamos (desde la CICIG hasta pequeños medios periodísticos como Nómada) sólo para convertir a Guatemala en una Venezuela, que es una estupidez.

Los socialdemócratas buscan los peores fantasmas entre los socialdemócratas y nos acusan de fiscalizarlos sólo porque queremos hacer dinero a costa de ellos, que es otra estupidez.

Los exguerrilleros en Nicaragua y El Salvador que ahora gobiernan acusan a los que los fiscalizan y quieren el fin de la impunidad de su peor fantasma también: de ser financiados por la CIA y Washington.

Y algunos ‘periodistas’, ex asesores del PP, menos imaginativos, dicen en programas de radio que los periodistas fiscalizamos porque somos malintencionados contra los pobres políticos.

Su estrategia es intentar dividirnos y decirnos que no estamos luchando contra la corrupción y la impunidad sino ‘queremos instaurar el socialismo’ o ‘destruir a los socialdemócratas que quieren fortalecer la democracia’.

2. Saben que no hacer otra reforma electoral o hacer una mala reforma sólo los van a mantener en el poder

En 2016, la UNE lideró una reforma electoral que tuvo avances, pero muchos fueron pantomima, pues ahora sabemos de su viva voz, que el verdadero objetivo de Mario Taracena es mantenerse en el poder, no hacer que la democracia camine hacia donde queremos los ciudadanos desde 2015. Entonces, si bien la primera reforma de 2016 le quitó poder al monopolio de la tele o bancarizó el financiamiento electoral para que ya no pueda haber aportes legales en efectivo, todavía los políticos tradicionales mantienen la llave de la puerta.

Todavía es muy difícil competir con ellos porque hacen falta 22 mil firmas para fundar un partido, porque los partidos tienen que tener sedes (y mantenerlas) en la mitad de los departamentos del país y porque los comités cívicos departamentales no pueden proponer candidatos a diputados de todo el país o candidatos a presidente.

¿Entonces qué va a pasar en 2019? Que los PP-Líder-UNE van a transformarse en nuevos partidos y van a llenar el Congreso de mafiosos y chambones para que no cambie nada en verdad y puedan frenar los cambios que han impulsado el MP, la SAT y los jueces.

3. Los ciudadanos conservadores están (de nuevo) perdidos

El problema es que los ciudadanos conservadores-libertarios que tienen mucho presupuesto (como MCN) están perdidos en la búsqueda de las soluciones por medio de otra reforma a la Ley Electoral.

Se les ocurrió que si se abrían los listados de candidatos y suficientes ciudadanos votaban por el candidato 7 de un partido, iban a solucionar todo. Pero pensemos en que (ojalá no), dos partidos que llegan a las elecciones son UNE o FCN. Y supongamos que los ciudadanos en una abrumadora mayoría votan más por el candidato 8 de listado nacional de la UNE que por la planilla propuesta.

La diputada número 8 del listado nacional de la UNE fue Karina Paz, que sustituyó al encarcelado César Fajardo en 2017. Ella estuvo un rato en la reunión del miércoles pasado en la que Taracena (el número 1 de su listado) complotaba para recuperar el control del TSE. ¿E hizo ella algún amago de oposición? No.

Invertir energías en que ‘abrir los listados de candidatos’ no va a solucionar nada, no va a sacar a los corruptos del Congreso en 2019. ¿Pueden invertir un poco más de energías en encontrar otras propuestas?

4. Una reforma que se enfoque en lo importante: más competencia

Lo que necesitamos, como proponen liberales como Daniel Haering y progresistas como Edgar Gutiérrez, es bajar las barreras para el ingreso de nuevas opciones políticas. Que sea más fácil tener vehículos para competir por la Presidencia y el Congreso.

Que puedan competir comités cívicos o formarse rápido nuevos partidos, sin necesidad de un presupuesto elevado para mantener sedes en medio país o afiliar 22 mil gentes.

5. Sacar a los políticos actuales

A la gran mayoría de políticos en el Congreso, ya vimos, no los disuade la CICIG y el MP; sólo están agazapados tratando de asegurar su supervivencia antes de que los agarren.

Entonces debemos apoyar los esfuerzos de la CICIG y el MP para investigarlos, apoyar las reformas constitucionales para cambiar la forma de elegir jueces y que no se los vayan a sacar de tribunales, y debemos vigilar a los jueces actuales.

Además, los cinco magistrados del Tribunal Supremo Electoral bien podrían hacernos el favor de hacer su trabajo y llegar hasta el fondo del caso contra la UNE y FCN (y por cierto despedir al Registrador de Ciudadanos por mediocre).

Tienen que corroborar que la UNE no lavó dinero en la campaña y tienen que exigir a FCN que demuestre que no lavó todo el dinero de su segunda vuelta. Y si los partidos no pueden demostrar que su dinero fue limpio y que declararon todo lo que recibieron (aunque fuera en posibles donaciones de hospedajes en hoteles caros o casas regaladas en la Cañada), pues que los cancelen y así limpiamos la mesa.

Al TSE lo protegeremos en su intento por transparentar los partidos. Pero le exigiremos cuentas también a los 5 magistrados, porque cancelar a Líder y al PP hasta 2016, cuando ya no tenían poder, puede haber sido insuficiente. Me parece que es una maravilla que justo ahora el TSE esté presidido por una mujer comprometida como María Eugenia Mijangos, una de las tres que empezó el tsunami en 2015 al suspender a Roxana Baldetti por campaña anticipada.

6. Los medios y los ciudadanos tenemos que hacer nuestro trabajo

En estos 37 años, la única oposición a los políticos corruptos ha venido de organizaciones de la sociedad civil y de periodistas independientes. Con sus virtudes y sus defectos, nuestros defectos.

Taracena, que de cabra loca tiene muy poco y de maquiavélico mañoso tiene mucho, tenía razón en una cosa que decía en la sesión del miércoles 26 de julio. La única oposición para frenarlos ahora era ‘la prensa’, e intentaba desacreditarnos.

– Le va a dar ataque a la prensa (…) pero lo tenemos que enfrentar (…). Miren pues, ellos tienen su tribunal de imprenta. ¿Acaso aceptan (a un miembro del tribunal) si no es periodista, pues? Igualito. Andá a ver si te aceptan. No, te dice un periodista. Pues, igual aquí (en el TSE) tiene que ser político. Sí, muchá. La prensa tiene antejuicio. Nosotros, no. Ellos sí.

En realidad el tribunal de imprenta como antesala de un juicio tiene como objetivo que los políticos como Taracena no nos anden enjuiciando para frenar nuestro trabajo, pues si cometemos algún error en una publicación, sirve más que aclaremos para restaurar la reputación de alguien que enviarnos a la cárcel acusándonos de siempre ser mentirosos cuando intentamos fiscalizar.

El ‘poder’ de la prensa es más o menos ficticio. Sin una ciudadanía que reacciona indignada, que es la que tiene el poder de reactivarse para manifestar en las calles y sacar a los políticos en su mayoría corruptos o presionar a jueces que en su mayoría son corruptos, nuestras publicaciones pasarían desapercibidas, como ocurre en países vecinos como El Salvador u Honduras o buena parte de México.

Y de momento, el escándalo periodístico ha logrado frenar el plan. La Comisión de Asuntos Electorales aplazó una semana la discusión (con la excusa que los integrantes tienen que discutir el tema a fondo con sus partidos).

Casos como este muestran Guatemala es un excelente momento para hacer periodismo.

PS. Por cierto, gracias a los colegas periodistas de otros medios que se indigaron y llevaron este tema del plan de Mario Taracena a sus redacciones, programas de tele o programas de radio. Desde Nómada, todos lo apreciamos. 😉