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Portillo, el mismo, el cambiado, regresó y quiere armar un frente

Cuando entraron en el salón Alfonso Portillo y Evelyn Morataya, parecía como si se hubiera congelado el tiempo. Ella con el mismo vestido y el mismo peinado, y él con el mismo saco, la misma sonrisa y el carisma intacto. Ambos rejuvenecidos. En la escena, que duró 60 minutos que parecieron cinco, sólo había dos diferencias. La hija de ambos, Gabriela, de 14 años, y un discurso nuevo, conciliador y pacífico del político más popular del país, que quiere construir un frente democrático para reformar el Estado.

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Alfonso Portillo, anoche, en el aeropuerto.

Fotos: Carlos Sebastián

Su discurso, como sucedía desde que era catedrático, columnista, diputado y luego presidente, fue redondo. Casi ninguna arruga. Reconoció sus errores; pidió perdón y relativizó las acusaciones contra su gobierno; dijo que Jesús había venido al mundo para “personas como él, pecadores, y no para los santitos”; contó anécdotas de su encierro y recitó un poema; y dio un tentempié de su buen humor y de algo de su regreso a la política. Un regreso que parece haber estado esperando desde el día que entregó la banda presidencial un 14 de enero de 2004.

Si todos los políticos querían un espacito de apoyo, sólo tres lo recibieron. Confirmó que la única reunión política que tuvo en la cárcel en Denver fue con Edmond Mulet y Edgar Gutiérrez, como escribió Nómada. Y que ambos le plantearon la idea de construir un frente democrático para reformar el Estado. Portillo quiere esa idea. Quiere apoyar a un movimiento en 2015 que se comprometa a convocar desde el Congreso a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar el sistema político, el sistema judicial, el modelo de desarrollo extractivista y haga reformas estructurales.

El movimiento debería incluir “a distintas fuerzas partidarias, a intelectuales que no participan en la política, a líderes indígenas, a empresarios”. Dice que no le guarda rencor a la élite económica que presionó por su encarcelación y que para las reformas políticas es necesario del concurso de todos. Preguntado sobre la élite opuesta a cambios, sólo tuvo un mensaje: “hablemos, hablemos, hablemos y hablemos”.

El tercero al que mencionó para dar un espaldarazo fue quizás su primera decisión política. ¿Está a favor que se renueve el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) que llevó el juicio en su contra? Regresó Portillo el renovado. Dijo que si tuviera que juzgarla por su propio caso, pediría que se fuera, pero que como hay que juzgarla por su papel para el país en los últimos años con el comisionado actual, Iván Velásquez, había que reconocer sus méritos.

Para responder qué opinaba del juicio por genocidio contra Ríos Montt, echó mano de Portillo el mismo. Esquivó la pregunta sin que la mayor parte del público se diera cuenta, dijo que era amigo “del general”, que la justicia decidiera sin presiones y usó la respuesta para decir que Ríos Montt y él eran un buen ejemplo de que los enemigos pueden hacer causa común. Su sueño es ése, que “los enemigos históricos” se junten. Ergo, que Portillo y las ocho familias más poderosas de Guatemala, el G-8 que él sacó a luz, puedan dialogar para reformar el país antes de que estalle un conflicto social.

Las reformas no parecen cosméticas. Habló de cobrar el 50 por ciento de regalías a las mineras. “No se fueron con eso de República Dominicana porque todavía es buen negocio. ¿Y aquí no quieren pagar ni diez por ciento?”, dijo en la única crítica directa.

Aunque Portillo, el mismo de antes, pidió que organizara su recepción a Julio Girón, su amigo y exsecretario privado señalado de grandes casos de corrupción, y que éste llevó a Eduardo Arévalo Lacs, su exministro de Defensa responsable de grandes desfalcos, Portillo, el renovado, también se abstuvo de dar apoyo a políticos clientelares, como Mario Estrada. “Somos amigos pero tenemos diferencias ” y el cambio “no es cuestión de amigos ni de compradres”, es incluso "a pesar de la amistad”.

 

Hace veinte años logró convertir un asesinato en amor por la patria y una alianza con el exdictador en una apuesta por la concordia y así convenció a casi 7 de cada 10 votantes. 20 años más tarde, con cuatro en la Presidencia, cinco escapando de la justicia y cinco tras las rejas saboreando lo que sea que signifique la ausencia de poder y de libertad, convertir una sentencia por un soborno de $2.5 millones de Taiwán en autoridad moral para liderar el cambio en el país parece pan comido.

Lo hará en una alianza electoral que tiene que amarrar en las próximas semanas y construir en seis meses, probablemente de la mano de su excanciller Edgar Gutiérrez, o en un proyecto que él mismo construirá en los próximos cuatro años. En un país en el que una gran mayoría construyó una imagen idílica de su gobierno –olvidando las mafias militares o la corrupción descarada, recordando el aumento al salario mínimo, la estabilización de precios de la canasta básica y la presencia de los pobres en el discurso–, y en un país en el que ayer afuera del aeropuerto habían miles de personas esperándolo con mariachis, tambores y fiesta. Desde acarreados hasta gente de a pie que llevó una piñata de pollo que decía “bienvenido Portillito” o taxistas que pintaron sus vidrios con lemas de “100% portillista”.

 

Y aunque dijo que en 15 días recuperaría la forma política, le bastaron 15 minutos. Portillo parece haber nacido para esto. Es el mismo carismático, brillante y conocedor del país hasta el tuétano. Es el mismo que se fue en un carro manejado por Julio Girón. Es el renovado que está arrepentido. Es el renovado que tiene un discurso conciliador. Es el renovado que dio una primera conferencia sólo acompañado por su hermana Edna, su hija Gabriela y su exesposa Evelyn. Es el renovado que quiere que la CICIG permanezca en el país, quiere que se cobre el 50 por ciento de regalías a las minas, quiere hacer política junto a líderes que no están en partidos y quiere liderar una constituyente.

¿Qué significará esto? Todavía es imposible saberlo. El expresidente, que a sus 63 años se ufanó de haber ganado un concurso en la cárcel con 83 despechadas seguidas, usó una metáfora. Citó a Simeone después de haber perdido la Champions cuando estuvo a 17 segundos de ganarla. Portillo de 2015, a seis meses de las elecciones generales, nos hizo imaginárnoslo con todo y acento argentino para describir su momento político: tiene todo y tiene nada; tiene nada y tiene todo.

Martín Rodríguez Pellecer
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(Guatemala, 1982.) Es el fundador de Nómada. Fue director y CEO entre 2014 y 2019. Es guatemalteco, perseverante y alegre. En 2020, cedió parte de sus acciones a trabajadores, periodistas de prestigio y vendió el resto a uno de sus maestros, Gonzalo Marroquín. Fue periodista 20 años y ahora se dedica a hacer consultorías para personas, instituciones y empresas. Es políglota y escritor. @revolufashion


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Chapines Unidos por Guate » El #Portillismo2.0 va cuajando (y no descartan que sea candidato a diputado) /

    27/03/2015 10:21 AM

    […] este año no está descartada. Así responden sus cercanos. Él todavía no ha dado entrevistas desde su conferencia de una hora en el aeropuerto el 25 de […]

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    ANONIMO /

    18/03/2015 8:53 PM

    […] este año no está descartada. Así responden sus cercanos. Él todavía no ha dado entrevistas desde su conferencia de una hora en el aeropuerto el 25 de […]

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Godofredo /

    26/02/2015 2:23 PM

    Pues qué bueno. Ya tenemos por quién votar, entonces. Regresó renovado, limpio y puro. Qué bueno que no guarda resentimientos, porque claro, que lo juzguen y condenen a uno por un delito que cometió, debe ser una gran ofensa. A cualquier persona menos limpia y pura le provocaría rencor y deseo de venganza.

    Lástima que ya no puede ser Presidente, porque si no, tendríamos otro gobierno tan glorioso como el del 2000-2004 (a mí ya se me había olvidado que había sido tan bueno).

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    MARSHALL DIAZ /

    26/02/2015 1:53 PM

    a diferencia de otros politicos que dan cólera al momento de escucharlos; este da gusto, y no por el corte populista sino porque la calidad de los otros lideres se ha depreciado hasta el fondo que ya no tienen compostura. espero que sus buenas intenciones se materializan, por lo demas, este ya fue perseguido, enjuiciado, sentenciado y pagó parte de su pena, ¡qué pasa con los demas? Les hace falta pasar por ese proceso y luego habra justicia.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    martini /

    26/02/2015 1:26 PM

    No puedo desligarlo de la figura del ex-dictador y no creo que que esa alianza fuera un apuesta por la concordia. Sí nuestra esperanza es una negociación de las 8G y Portillo para la re-fundación del pais, pues creo que estamos siendo demasido ingenuos.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Posho Roco /

    26/02/2015 11:40 AM

    Como estará de jodida Guate,
    que la izquierda aplaude el retorno del candidato de Rios Montt...
    y la ultraderecha lo rechaza llamándolo ladrón y asesino...
    el comal le dijo a la olla.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Edwin /

    26/02/2015 9:49 AM

    Excelente artículo, de lo más centrado profesional y ameno que he leído respecto a este tema.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Jorge Deman /

    26/02/2015 9:00 AM

    Si se toca la constitución en el próximo gobierno, será solo para eternizar a Baldizón.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    César Sánchez /

    26/02/2015 8:12 AM

    Excelente artículo. justo para emprender una nueva jornada. regresa el ladrón, el político (sinónimos?), el ex presidente, el corrupto (sinónimos?). a ver qué componenda se gesta.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Diego /

    26/02/2015 7:08 AM

    Excelente articulo. Revisar fragmento "Regresó Portillo el renovado. Dijo que si tuviera que juzgarla por su caso propio caso, pediría que se fuera, pero que como hay que juzgarla por su papel para el país en los últimos años con el comisionado actual, Iván Velásquez, había que reconocer sus méritos." (por su caso propio caso)

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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