La semana pasada pudimos ver cómo los papeles están cambiando a un año de las elecciones (y a ocho meses de la campaña electoral legal). En Nomada.gt publicamos cómo “Si Baldizón es Jesucristo, tiene unos medios que son su San Pedro. Medios no periodísticos que llevan a un extremo la borrosa frontera de muchos medios entre lo que es periodismo y lo que son publi-reportajes.
Este consorcio de medios que creó Baldizón (pero lo niega) directamente elimina cualquier duda y pueden titular “Baldizón renuncia al partido por los pobres” y no por la suspensión del TSE. Al menos tiene la sofisticación de ser un consorcio que basa su estrategia no sólo en alabar a su candidato, sino en deslegitimar a sus competidores, Sinibaldi y Sandra Torres.
Pero la verdad es que no encuentro ninguna diferencia entre ese descaro y el descaro de la dupla de Alejandro Sinibaldi y Roxana Baldetti, Sini-Baldetti para abreviar.
Desde el sábado tenían tapizado de propaganda electoral descarada todo el parque y el domingo se subieron a la tarima frente al Palacio Nacional a presentar a su candidato presidencial cuando todavía tienen ocho meses para intentar hacer algo de buen gobierno antes de la campaña electoral legal.
¿Qué pasa por sus cabezas? ¿Qué creen que deberían publicar los medios cuando Sini-Baldetti pide que «los cubramos bonito»? Esperan que diga: «Guáu, qué guapos se miraban don Sinibaldi y doña Baldetti mientras lanzaban al candidato que va a rescatar a este país y ser presidente de verdad».
Cuando una vez le preguntamos al entonces candidato presidencial del PP qué entendía por mano dura, en su respuesta dijo que era «la aplicación de la ley». Si la ley no funciona, perfectamente podrían cambiarla. Precisamente los dos partidos que más campaña anticipada hacen, el PP y Líder, podrían tener en sus manos la solución de muchos problemas (reales o imaginados).
Por si a alguien se lo olvida, Sini-Baldetti y Baldizón controlan casi dos terceras partes del Congreso. 99 diputados de los 105 que se necesitan para aprobar algo con mayoría calificada. Da miedo pensar que puedan gobernar el Congreso cinco años más. Peor aún si no lo hacen ganándose el voto ciudadano legalmente, sino con base en campañas anticipadas y sobornos de diputados.
Me parece una afrenta a la inteligencia de los guatemaltecos y a la autoridad del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que debería suspender (ahora sí) por seis meses al Partido Patriota. Sólo con una suspensión han logrado frenar la campaña los partidos. Y tal vez así se preocupen sobre cómo arreglar la cantidad de problemas en la que tienen metido al país.
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