IGSS: tres pacientes renales muertos, quince infectados y #530enRiesgo

Delfina Estrada Martínez y Gustavo Mota eran hasta hace dos semanas pacientes de insuficiencia renal del IGSS. Ambos tienen en común haber sido parte del grupo de los 530 enfermos que fueron trasladados a Pisa, la empresa que fue contratada por el IGSS cuando se venció el contrato con Baxter. Pisa no tiene instalaciones ni médicos propios y subcontrató al Hospital Las Américas, del Grupo Médax.

Miriam Consuelo Ramos era la esposa de Gustavo Mota, el hombre de 54 años que murió hace una semana en Chicacao, Suchitepéquez. Todo empezó cuando inició a tratar su insuficiencia renal en Pisa. La empresa le cambió la sonda para que pudiera adaptarse a sus medicamentos, pero un día después iniciaron las complicaciones.

“Me dijo: vos, tengo un dolor en el estómago. Pero no me imaginé yo que el viernes siguiente se iba a poner grave, sufriendo de dolor intenso en el estómago. Cuando le hice su recambio (tratamiento para desintoxicar los riñones) salió bien turbia el agua. Así lo ingresé yo al IGSS”, dijo. Así fue trasladado de los hospitales de Chicacao, a Mazatenango y luego a Escuintla. Su familia pedía que lo atendieran en la Ciudad de Guatemala para que un especialista lo cuidara, pero eso nunca pasó. Murió en el intensivo de Escuintla, con lo que ellos piensa fue una infección que inició por los sueros, pero que no se comprobó.

“Nosotros fuimos víctimas de Pisa porque no la quisieron atender”, dice con frustración José Dolores Martínez, que el fin de semana enterró a su esposa en Mazatenango. A diferencia del caso anterior, ella ya estaba infectada, reconoce al hablar del caso de Delfina Estrada, de 64 años.

Las complicaciones empezaron en enero. Fue internada en el IGSS por una infección y dos semanas después fue dada de alta. Los síntomas continuaron y empeoraron junto cuando Pisa tomó los casos de los 530 pacientes renales.

“Yo leí el contrato y Pisa era responsable de seguir el tratamiento de mi esposa. Cuando llegué con ellos, me la examinaron y al ver que tenía una infección rechazaron tratarla medicamente y la remitieron al IGSS. Yo lo que quería era que le cambiaran el catéter, y nadie lo hizo. Ni la empresa, ni el IGSS”, recuerda. Por los antibióticos que su esposa tomó se debilitó y dejó de comer. En ese ir y venir Delfina falleció.

Al momento de concluir ésta nota, entre los pacientes se corría la noticia de la muerte de otro de sus compañeros: Moisés David Padilla Pineda, en Escuintla.

David Gaitán, de Acción Ciudadana, informó que éste miércoles, con su apoyo legal, los pacientes presentarán una carta a la Junta Directiva del Seguro Social para solicitar que se suspenda el contrato con la empresa Pisa mientras la Contraloría General de Cuentas revisa el cumplimiento de cada uno de los requerimientos y hasta que las autoridades del IGSS se pronuncien y aclaren a qué se debe el incremento de personas infectadas y los motivos sobre el fallecimiento de los pacientes.

Por su parte, Zulma Calderón, encargada de monitoreo de hospitales de la PDH, informó que ésta semana se concluirá con la investigación del caso.

De momento, 3 de los 530 pacientes en riesgo por un negocio dirigido en el IGSS ya han fallecido.

Aquí un enlace a la investigación original de Nómada.

Aquí un enlace a la campaña de #530enRiesgo.