El año pasado, en Semana Santa, el 70% de los accidentes fueron ocasionados por personas que iban conduciendo en estado de ebriedad, según los bomberos. Y en Guatemala pasamos todo el año escapando a la realidad con el alcohol. Según Alcohólicos Anónimos, probablemente un tercio de los guatemaltecos sean alcohólicos, y cada vez los jóvenes toman más.
En psicología se habla del término somatización (soma-cuerpo) para referirnos al proceso en donde una afección psíquica, de la mente, se transforma en una afección orgánica, fisiológica. Como el estrés que causa úlceras y gastritis, o como tristezas que ocasionan gripes o simples malestares físicos, el abuso del alcohol (junto con todas sus repercusiones) puede ser considerado como un síntoma de una enfermedad que padecemos en masa en Guatemala.
Vivimos en una sociedad con pudor, con el miedo al qué dirán, en la que tenemos que pensar cautelosamente qué decir, qué hacer, y cómo hacerlo, en la que se debe de mantener siempre la cordura (con reglas distintas para hombres y mujeres, claro).
¿Será que estamos somatizando en el abuso del alcohol algunos de nuestras ganas de actuar de determinada manera?
Miremos la definición de los síntomas. Son “alteraciones del organismo que ponen de manifiesto la existencia de una enfermedad y que sirven para determinar su naturaleza”. Y quizás el alcohol es un síntoma provocado porque somos una sociedad que vive reprimida.
¿Cómo pude haber hecho esto? ¿Cómo me comporté así?, son las preguntas que se repiten entre tomadores. Es que estaba borracho, es que estaba borracha, son las respuestas que nos damos, como si lo exculpara y nos hiciera sentir más tranquilos. Nuestros actos “insensatos” son disculpados y aceptados por los demás cuando los hicimos bajo efectos del alcohol.
Tal vez deberíamos preguntarnos qué es lo que nos hace falta para dejar de vivir con tanto pudor y poder ser nosotros mismos sin necesidad de somatizarlo con el alcohol.
jorge de leon /
Un articulo muy superficial, que identifica a la autora con lo que ve, probablemente en su circulo de amigos, colegas, etc. Queda muy claro el sesgo al escribir sobre el alcoholismo, solo menciona el problema desde el punto de vista de una sociedad enferma que somatiza, y que pasa entonces con países como Noruega, Finlandia, que tienen tasas de alcoholismo altas, somatizan allí también?
Luego explora el tema de la culpa y la liberación que el alcohol produce de nuevo con un sesgo enorme.
El alcoholismo es una enfermedad, multicausal, con diferentes estadios y situaciones muy particulares,a veces imposibles de generalizar. No es "cultural", como lo aborda la autora, y dado que Nomada esta ganando mu cho prestigio propongo que en temas científicos, de salud y salud pública sean revisados por un panel o comité editorial.
Gustavo Hernandez /
En el programa de recuperación de alcohólicos anónimos indica que una persona alcohólica lo es porque padece de una obsesión por el alcohol aparejado de una alergia física, exactamente lo que usted dice, es una enfermedad mental que se va enraizando en el organismo, todo esto tiene profundas raíces en problemas de personalidad que va desde traumas, complejos, frustraciones etc. y para calmarlos se anestesia con el alcohol y después de beber se siente igual o peor y vuelve al circulo de volver a beber. esta es una enfermedad del cuerpo y del alma, es una enfermedad que destruye al paciente a las personas que la rodean y en consecuencia destruye a la sociedad.