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Justicia para la familia Molina Theissen: 4 militares condenados

El Tribunal de Mayor Riesgo C condenó a cuatro militares a penas de 58 y 33 años de cárcel por la desaparición de Marco Antonio y la violación y tortura de su hermana Emma Guadalupe Molina Theissen, hechos ocurridos hace 36 años. Los jueces fueron enfáticos en que los testimonios de la familia y Emma fueron reales, que no mintieron, y que la investigación por el crimen debe continuar.

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Los militares Letona, Callejas y Gordillo en la sala de audiencias. Benedicto Lucas, siguió el juicio desde el Centro Médico Militar.

Foto: Carlos Sebastián

El juicio por la tragedia contra la familia Molina Theissen inició el pasado 1 de marzo y finalizó el lunes 21 de mayo. Durante el debate, el Ministerio Público presentó 170 pruebas y resaltó la declaración de Emma Guadalupe, la hija mayor de la familia, que cuando tenía 21 años fue detenida por el ejército y trasladada a un destacamento militar donde fue violada y torturada durante nueve días.

Cuando el Tribunal le dio la palabra para hacer sus últimas peticiones antes de emitir una sentencia, Emma se dirigió a los jueces para pedir justicia y, a sus agresores para devolverles “la vergüenza” que sembraron en ella hace 36 años.

– Quiero decirles a los señores acusados que les devuelvo la vergüenza. No puedo deshacerme del terror y del asco, los dejo con su odio, porque se necesita mucho para hacer lo que hicieron. Merecemos justicia. Ojalá que tengan un poco de honor y nos digan dónde está Marco Antonio.

Su madre, Emma Theissen Álvarez pidió justicia para sus dos hijos. Esa justicia llegó la madrugada de este miércoles 23 de mayo.

Los jueces Pablo Xitumul, Eva Recia y Elvis Hernández, integrantes del Tribunal de Mayor Riesgo C, deliberaron durante casi 20 horas para llegar a un veredicto y establecer la responsabilidad de cada uno de los acusados:

El tribunal dijo que Benedicto Lucas García como jefe del Estado Mayor del ejército era el responsable del mando, organización, disciplina y conducta de los militares, por lo que las atrocidades contra la familia Molina Theissen ocurrieron bajo su guardia.

Manuel Callejas ordenó y autorizó las acciones de su subalterno Francisco Gordillo, de constituirse en la casa de la familia Molina Theissen en la colonia La Florida y secuestrar y desaparecer a Marco Antonio.

Hugo Zaldaña Rojas mantuvo en cautiverio a Emma Guadalupe, informó a sus superiores cuando escapó y coordinó las operaciones de inteligencia para tratar de recapturarla y en el camino cobrar venganza y desaparecer a su hermano menor, Marco Antonio.

Francisco Luis Gordillo Martínez, coronel de infantería del Estado Mayor del ejército, en 1981 era comandante de la misma brigada en Quetzaltenango. Fue quién dio la orden de colocar puestos de registros y retenes militares como el instalado en el área de Sólola, el 27 de septiembre del 1981, cuando Emma Guadalupe fue detenida ilegalmente.

Según el Tribunal, Gordillo tuvo conocimiento de la detención ilegal de Emma, de su ingreso en cautiverio a las instalaciones militares que él comandaba, de los interrogatorios mediante tortura y violaciones sexuales individuales y colectivas, de los tratos crueles e inhumanos y de los tratos degradantes a los que fue sometida la víctima durante nueve días.

Los tres militares fueron declarados culpables por delitos de lesa humanidad (25 años), desaparición forzada (25 años) y violación (8 años).

Edilberto Letona Linares fue absuelto. De acuerdo a la certificación del ejército, era el segundo comandante de la brigada militar de Quetzaltenango y para el Tribunal no se probó que, como segundo al mando, tuviera injerencia en las operaciones contra Emma Molina Theissen.

Justicia al amanecer

Los jueces aparecieron en la sala de audiencias con trece horas de retraso. En ese tiempo, los abogados de los acusados se quejaron con los medios de comunicación y con el Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, por la situación de sus defendidos, hombres de la tercera edad con problemas de salud que no pueden permanecer tanto tiempo en un juzgado.

Por ese motivo a la una de la mañana los abogados de Hugo Ramiro Zaldaña Rojas presentaron una solicitud de exhibición personal, es decir, una petición para que un juez se presentara al lugar a constatar la situación en la que se encontraba. Pocos minutos antes de las cuatro de la mañana, dos médicas del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), llegaron a evaluar a cuatro de los sindicados, que se quejaban de presión alta.

Desde las tres de la tarde del martes, la sala de audiencias del Organismo Judicial, conocida como “la megasala”, estaba llena de simpatizantes de los militares acusados y personas que apoyaban a la familia Molina Theissen. La afluencia no bajó, pese a las largas horas de espera. Durante la madrugada un grupo de personas utilizó el parqueo del lugar para hacer ejercicios de estiramiento, otros dormían en las sillas y en el suelo, y otros fumaban afuera, esperando el momento en que los jueces aparecieran.

En la etapa final de juicio la familia Molina Theissen recibió muestras de solidaridad y apoyo de otras mujeres que han atravesado por tragedias y han luchado por justicia para sus casos: las abuelas del caso Sepur Zarco, que durante el conflicto armado interno fueron víctimas de esclavitud sexual y una madre y hermana de dos víctimas del incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, que el 8 de marzo del 2017, mató a 41 adolescentes.

La declaración, la verdad, la prueba  

Pese a los intentos de la defensa por desacreditar la declaración de Emma Guadalupe y su familia, el Tribunal fue enfático en que sus testimonios eran pruebas suficientes para constatar los abusos del ejército.

En 1981 Emma Guadalupe fue violada en la brigada militar Lisandro Barillas, en Quetzaltenango. El Tribunal no lo dudó. Quedó claro que las relaciones sexuales no fueron consentidas por ella, enfatizó el juez Pablo Xitumul.

Alejandro Rodríguez, abogado de Emma y la familia Molina Theissen, dijo a Nómada que la sentencia es un gran precedente para la justicia en Guatemala, pues se están reconociendo los estándares internacionales de valoración de las pruebas en el juicio.

Según explicó, en Guatemala la tendencia era que los jueces tenían una formación patriarcal que consideraba a las mujeres mentirosas y no daban credibilidad a sus declaraciones, basados en estereotipos de género. Los estándares internacionales llaman a las cortes abandonar esas creencias y, según Rodríguez, la sentencia validó y enfatizó que la declaración de Emma se sostenía por sí sola.

Paula Barrios, directora de la organización Mujeres Transformando el Mundo (MTM), una organización que trabaja casos penales de mujeres violentadas, dijo que la sentencia es importante incluso para los procesos cotidianos de violencia sexual, pues se sienta el precedente de que la declaración de la víctima es suficiente, es una prueba contundente.

Aunque el Ministerio Público y la familia Molina Theissen pidieron penas máximas, acordes a la proporción del daño causado, el Tribunal sentenció a los acusados a las penas mínimas por los delitos a los que fueron acusados.

Barrios recordó que este caso y el proceso Sepur Zarco, rompen con la impunidad en los casos de violencia sexual durante el conflicto armado interno, ya que demuestran que las violaciones fueron un arma del ejército contra mujeres, fueron torturas y además constituyen crímenes de lesa humanidad.

La abogada dijo que al igual que con las abuelas del caso Sepur Zarco, la fortaleza de Emma Guadalupe, para romper el silencio y alzar la voz, demuestra que transitar por la justicia empodera y da fuerza las mujeres que han sufrido violencia sexual:

– Se va desnaturalizando la violencia sexual y la sociedad ve que debe reprochársela al agresor y no a la víctima.

La audiencia terminó a las 6 de la mañana con una ronda de aplausos y un grupo de personas cantando una parte del poema de Otto René Castillo: aquí solo queremos ser humanos.

Emma Theissen Álvarez y sus hijas Ana Lucrecia, María Eugenia y Emma Guadalupe se retiraron de la sala de audiencias entre lágrimas, sin dar declaraciones. El próximo lunes se llevará a cabo la audiencia de solicitud de reparación digna, donde pedirán que el Estado siga buscando a Marco Antonio y a los más de 5 mil niños que se estima, fueron desaparecidos durante el conflicto armado interno.

Nómada
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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Miriam /

    24/05/2018 4:48 PM

    La justicia tarda pero llega. Mi respeto y admiración a esta familia, que no perdió la fe y siguió luchando a pesar del dolor. Esperemos que pronto la familia sepa donde están los restos del niño, para darle sepultura y puedan darle un cierre a esta pesadilla.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Marcos Alvarez /

    23/05/2018 7:34 PM

    Excelente, me parece acertados que estos esbirros, hijos literales del diablo o su representación aquí en la tierra, esten ya iniciando su condena y falta lo otra en la eternidad, que se pudran con los de la rueda jefes de la clika MS y barrio 18, ojala que los del consej0 de la rueda los violen aunque sea ancianos para que sepan y prueben lo que le hicieron a esta familia, y que digan donde esta el cadaver del niño, o será que los tienen de trofeo en algún armario de su infernal vivienda???. ahora inicia su pudrición en la carcel que merecido lo tienen.
    como dicen los gringos enjoy it, con low MS y barrio 18.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Violeta M Quiñobez /

    23/05/2018 3:23 PM

    Es definitivo, al día de hoy el daño a la mujer es inmedible, se sigue escuchando "por eso es mejor matarlas" y como evitar eso:Las mujeres deberíamos hacer lo mismo.... No. Tengo hijos hombres a quienes eduque con otra mentalidad y que a la fecha demuestran esa calidad viviendo en orden y respeto con sus esposas y por amor y respeto a ellos no agrego el pensamiento que tengo acerca del género masculino.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Julio Menchú /

    23/05/2018 2:44 PM

    36 años y la justicia llega. Gracias, gracias, gracias.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Rolando Gomez /

    23/05/2018 2:08 PM

    Considerando la edad de los asesinos condenados hoy, la sentencia parece justa. Sin embargo, hay que forzarlos a develar donde era su cementerio clandestino favorito, porque cada cual tenia el suyo, y que no gocen de ninguna bondad en prision hasta que no entreguen los restos del niño Molina Theissen. Una cosa es segura, junto a Marco Antonio, aparecerian otros 50 inocentes. Una cosa es clara: Aqui nadie reclama combatientes.
    Aqui se reclama por toda aquella poblacion civil, desarmada e inocente, que cayo victima de estas bestias que hoy, sumidos en su vergüenza e incredulidad que esto les este pasando, muestran su cara de panico, su lado vil y cobarde con la esperanza de despertar simpatias y lastima.
    Ahora esperemos la tonelada de amparos y recursos de los abogados mafiosos, pagados con dineros robados a la poblacion..
    " QUE SE HAGA JUSTICIA AUNQUE SE CAIGAN LOS CIELOS "

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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