¿A quienes escuchó más Giammattei durante los primeros meses de pandemia?

La información base fue proporcionada por la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia (SAAS) y abarca desde 13 de marzo, cuando el mandatario reconoció el primer caso de COVID-19, hasta el 14 de mayo.

El registro no incluye información sobre otras visitas que pudieron haber sido “de carácter personal y privado”, tampoco el asunto sobre el que trataron las reuniones. En algunos casos, los registros están incompletos y no permiten calcular la duración exacta de las reuniones.

El Ministro de Defensa, relegó a Salud y Desarrollo Social

Cualquiera creería que en tiempo de pandemia el ex ministro de Salud, Hugo Monroy, habría sido la persona más cercana a Giammattei, sin embargo no fue así. El ministro más cercano fue el de Defensa, Juan Carlos Alemán, quien mantuvo 12 horas más de reuniones que el ex jefe de la cartera de Salud.

La diferencia es aún más grande al comparar el tiempo que dedicó al ministro de Defensa (70 horas) con las que dedicó al ministro de Desarrollo Social, Raúl Romero (31 horas). Romero en este tiempo tendría que haber sido un funcionario clave por el diseño de los programas sociales que buscaban minimizar los impactos sociales de la pandemia.

Los visitantes del sector privado

En una segunda categoría agrupamos a todos los visitantes que no son funcionarios públicos. El tiempo que el presidente dedicó a los representantes de estos 10 grupos (99 horas) es más que el que dedicó durante los dos primeros meses de la pandemia a las carteras de Salud y Desarrollo Social. Destacan, según los registros, dos empresas privadas: Claro y Cervecería Centroamericana, que en conjunto habrían tenido reuniones por más de 20 horas.

¿Cuáles fueron los sectores prioritarios para el mandatario?

Debido a que los registros de SAAS no detallan el asunto de las reuniones, agrupamos a los funcionarios y otros visitantes según los sectores en los que trabajan. Esto, con el fin de poder visualizar a qué grupos les prestó mayor interés el mandatario en los primeros meses de la pandemia.

Después de los representantes de ministerios, secretarías o dependencias del Ejecutivo en general, las reuniones con funcionarios que se concentran en temas de seguridad son las que ocuparon la mayor parte del tiempo. Especialmente, con la Secretaría de Inteligencia Estratégica y miembros del Consejo Nacional de Seguridad.

Seguido de eso, el sector empresarial ha tenido las puertas abiertas en la Casa Presidencial. Han ingresado por horas representantes de empresas como la Cervecería Centroamericana, Nestlé, Claro y el Grupo Hame.

Los que se quedan fuera

Destaca en los registros el poco tiempo dedicados a los alcaldes en comparación con otros visitantes. La municipalidad de Nahualá fue la que más tiempo recibió (16 horas) y todas sus reuniones fueron previas a que se decretara el Estado de Sitio el 30 de mayo. Le siguieron la ANAM (4 horas y 59 minutos), la municipalidad de Guatemala (2 horas y 10 minutos) y la de San Marcos (1 hora y 10 minutos). Ninguna otra alcaldía tuvo acceso al mandatario.

Las ausencias también dicen mucho de la forma en que se conduce el gobierno. El presidente, por ejemplo, no recibió a:

1. Carlos Contreras, presidente del Seguro Social, quien informó que en varias ocasiones ha solicitado reuniones con el presidente Giammattei. Sin embargo, no se le ha concedido un espacio.

2. Jordán Rodas, Procurador de los Derechos Humanos, a quien en una reunión realizada el 5 junio, se le negó el ingreso.

3. Un grupo de trabajadores del sector informal que llegó a Casa Presidencial para solicitar apoyo económico, pues habían sido excluidos del bono para comerciantes.

4. Médicos del Hospital Roosevelt que en julio le dieron 48 horas al presidente a la ministra Amelia Flores para que los atendiera ya sea personalmente o en una reunión virtual para poder encontrar soluciones a las carencias de ese hospital.

En contraste con estas ausencias el 5 de mayo el presidente dedicó dos horas para reunirse con José Villa Martínez y Gerardo Villa, representantes de la Liga Nacional y del Club Deportivo Municipal.

¿En dónde están los demás?

Mientras algunos sectores son evidentemente visitantes frecuentes de la Casa Presidencial, otros permanecen totalmente excluidos. Los grandes ausentes en estos registros son varios: el sector de mujeres, pueblos indígenas, jóvenes, representantes de la lucha por la diversidad sexual, señala la analista Stephanie Rodríguez.

La analista señala tres conclusiones importantes: hay una preferencia a estos sectores, el presidente no está cumpliendo con el rol que le corresponde de ser el eje central de la unidad nacional y manda un mal mensaje diciendo que a ciertos grupos, que quieren acercarse, no los va tener en cuenta.

A criterio de la analista Sofía Montenegro, una de las grandes conclusiones es que vivimos un proceso de toma de decisión bastante centralizado. En los registros no figuran otros actores y representantes de sociedad civil que podrían aportar conocimiento técnico, especialmente frente a una pandemia que exige la capacidad de diseñar programas de asistencia económica, medidas de prevención de contagios, entre otros.

“Se ven pocos actores y sobre todo asociados al gobierno. Continúa la actitud del gobierno de demostrar desconfianza y no querer abrir los espacios. Ese comportamiento, concluye, finalmente afecta a los ciudadanos porque muchos grupos quedan excluidos del proceso de toma de decisiones y en una crisis como la actual, eso tiene repercusiones fatales”, apunta Montenegro.