Cuando asumió la presidencia de la República, Alejandro Giammattei no podía soñar siquiera lo que estaba por enfrentar, aunque tras una vida entera participando en política y cargos públicos, conocía –obligatoriamente– la realidad nacional y su problemática social, económica y política. Dos meses después debía enfrentar la peor crisis sanitaria en el país en poco más de un siglo.
Desde el 13 de marzo, el mandatario ha enfocado sus esfuerzos, principalmente en el tema del covid-19, pero mientras tanto, otras crisis empiezan a aflorar. Unas producto de la pandemia y otras, provocadas por el propio mandatario que abre frentes innecesarios y asume actitudes de intolerancia que le complican el escenario político y social.
En círculos cercanos al mandatario, se habla de cierto malestar, por la forma en que se llevan las reuniones a nivel ministerial aunque nadie hace el comentario dando nombre, por temor a reacciones desmedidas. Estos son los frentes que el presidente Giammattei tiene ante sí en este momento.
1. COVID-19
La atención de la pandemia ha significado un sube y baja para el presidente Giammattei y su equipo, que ha mostrado grandes falencias, principalmente en cuanto a la atención de las necesidades del personal médico que ha expuesto públicamente sus demandas en numerosas ocasiones, sin obtener la respuesta pronta y oportuna.
El caos en determinado momento llegó a tal punto, que tuvo que cambiar la cúpula del ministerio de Salud Pública. Esto, a pesar de la integración en el camino de la Comisión Nacional Contra el Coronavirus, encabezada por el médico Edwin Asturias, traído desde Estados Unidos para asesorar a las autoridades guatemaltecas.
En los primeros meses, ver a Giammattei actuando en torno a la epidemia pareció fortalecer su imagen, pero muy pronto el exceso de exposición pública –cadenas nacionales–, sumado al repunte de casos, denuncias de ineficiencia en el sistema de salud, la inconsistencia de las cifras presentadas y la falta de transparencia en las compras, inició un proceso de desgaste que continúa a la fecha.
A lo largo de los meses de restricciones, se han intensificado y reducido las mismas, sin que en su momento hubiera justificaciones para una u otra situación.
Cuando anunció los semáforos para determinar el tiempo de apertura económica que se iría produciendo en todo el país, se pensó que sería de manera escalonada. Sin embargo, la liberación ha sido muy amplia, al extremo que algunos expertos temen que pueda darse un repunte en el número de contagios y que más adelante tenga que dar marcha atrás con estas medidas para reactivar la economía.
En los meses de marzo y abril, Guatemala parecía tener bastante control sobre el COVID-19 y aparecía en el puesto 77 en el número de contagios a nivel mundial, pero a finales de julio había escalado hasta el puesto 40 con casi 75 mil casos y el número de muertos acercándose a los 3 mil.
Aún es temprano para decir si tendrá éxito con las disposiciones adoptadas, pero se sigue anunciando, de fuentes oficiales, que habrá un repunte entre los meses de septiembre y noviembre.
La falta de transparencia en los procesos de compras y contrataciones ha sido nota destacada a lo largo de la emergencia.
Balance de la atención a la crisis sanitaria: regular, con posibilidad de caer en mala.
2. Social
El Gobierno logró la aprobación por parte del Congreso de un paquete de ampliación presupuestaria de casi Q15 mil millones, aunque dentro del mismo se incluyeron aumentos salariales para maestros, sector justicia, contraloría y ministerio de Gobernación.
Los programas sociales acordados desde finales de abril han llegado tarde y de manera insuficiente. Son muchísimas las personas necesitadas que no fueron tomadas en cuenta por ninguno de los programas en desarrollo. El surgimiento de las banderas blancas en las calles no hizo más que reflejar el mal diseño en la entrega de la asistencia. Ahora, los fondos están por terminar, mientras la emergencia sanitaria se prolonga.
El desempleo creció en gran escala aunque a diferencia de otros países no hay cifras oficiales. Hasta donde se sabe, el Gobierno no ha pensado en la posibilidad de ampliar los fondos –buscando previamente la aprobación de nuevas ampliaciones presupuestarias–. El efecto de esto será que se agudice la crisis social en los últimos meses de 2020 y principios de 2021.
Lo que ha evitado una explosión social, es que las remesas familiares, que cayeron durante los meses de marzo y abril, se han recuperado e incluso han alcanzado niveles récord. Esto, obviamente, no es producto del manejo de la problemática por parte del Gobierno.
Manejo de esta crisis: regular-mala.
3. Economía
El presidente Giammattei ha sido cauto y ha protegido bastante la economía, aunque hay efectos negativos que no se pueden impedir por las medidas restrictivas. Sectores como el turismo y restaurantes han sufrido grandemente, al extremo que se estima que más del 10 por ciento de ellos no podrán volver a abrir luego de la crisis sanitaria.
El índice de confianza de los empresarios alcanzó su nivel más bajo en abril (32.68), pero se ha recuperado hasta llegar a 47.88% en Agosto. En febrero –antes de la pandemia–, se había alcanzado un optimismo del 77.0%, el más alto de la última década. Esta medición la hace periódicamente el Banco de Gutemala (Banguat).
Se han registrado ya caídas en las exportaciones e importaciones, pero no hay cifras actualizadas del comercio exterior. El crecimiento económico tendrá una caída entre -1.5% y -3.1%, aunque organismos internacionales dicen que podría ser peor.
El Banguat sin embargo, mantiene expectativas positivas para el próximo año, situando el crecimiento de la economía entre 3.5% a 4.5%. El sector empresarial también estima que a partir de enero de 2021 la economía recobrará su crecimiento normal.
El sector turístico, en tanto, teme que la recuperación tarde en llegar por dos factores fundamentales: 1) la lenta recuperación que se espera del turismo internacional –la previsión es que la normalización llegará apenas en 2014–, y 2) la pérdida de capacidad de consumo por parte de grandes sectores de la población.
Manejo del tema económico por parte del Gobierno: entre bueno(-) y regular.
4. Campo Político
Una de las primeras acciones del presidente Giammattei fue la de promover una alianza parlamentaria de su pequeño partido Vamos con grupos afines. Ello llevó a la integración de una Junta Directiva con varios diputados señalados como parte del llamado pacto de corruptos, y con figuras nuevas, pero muy cuestionadas, como su presidente Allan Rodríguez, la vicepresidenta Sofía Hernández –del partido con ideología narco, UCN–, y Felipe Alejos, entre otros.
Si bien ha sido cuestionado su papel en aquella elección, esta acción le ha permitido luego lograr votaciones favorables a sus iniciativas, aunque en las últimas semanas se ha visto un debilitamiento de la fuerza de la alianza, al extremo que no se logró el quórum necesario para la aprobación de los estados de sitio decretados por Giammattei.
Por cierto que la decisión de gobernar con la amenaza permanente de decretar Estado de Sitio en situaciones que no lo ameritan –por no ser excepcionales, como dice específicamente la Ley de Orden Público–, ha incidido en críticas del sector social, que ve peligros en esta práctica represiva, que restringe garantías individuales.
Otra falla de Giammattei se dio en una visita a San Juan Comalapa, en donde el mandatario interrumpió al alcalde indígena Julián Bal y le increpó por algunos de los planteamientos que le estaba haciendo. La respuesta del sector indígena fue contundente, cuando un grupo de autoridades ancestrales le declaró non grato. Días después la autoridad de 48 Cantones de Totonicapán convocó a una protesta masiva para rechazar el uso de mascarilla ordenado por el Gobierno. La tensión continúa.
Calificación en manejo político del país: mediocre-malo.
5. Los “enemigos” o el asalto a la justicia
Caer en desgracia frente a la mirada del presidente Giammattei puede traer consecuencias para los desafortunados –o valientes– personajes que se atreven a cuestionar, criticar o emitir fallos que no son de su agrado, o simplemente aquellos que tienen cargos que el mandatario desea tener bajo su absoluto control.
En este momento hay varios de ellos, desde su propio vicepresidente, Guillermo Castillo –de buena imagen en los primeros meses de la administración–, seguido del presidente del IGSS, Carlos Contreras, y pasando por quienes considera opositores o peligrosos para el sistema político: el Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas y los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC), Gloria Porras, Francisco de Mata Vela, Neftalí Aldana y Bonerge Mejía.
A pesar de la pandemia, Giammattei ha dedicado tiempo y esfuerzo político para promover acciones contra cada uno de ellos. El presidente está detrás de estas cabezas, dice una gubernamental que pide el anonimato a Nómada. Según su explicación, hay estrategias diseñadas para cada uno de los casos.
Al vicepresidente lo ha aislado y le ha quitado todo protagonismo. Simplemente no lo toma en cuenta, dice nuestro informante. El problema es que su cabeza no puede rodar fácilmente, ya que es un funcionario electo por voto popular, lo mismo que el propio presidente. Además, antes de la confrontación entre los dos miembros del binomio presidencial de Vamos, Castillo era visto como alguien ejecutivo y eficaz, por lo que los analistas estiman que perdió un as que más adelante puede necesitar.
El presidente del IGSS, que tiene el cargo por 6 años –su período vence a mediados de 2021– tratan de promoverle una destitución por medio de la Junta Directiva.
Tanto a Contreras como al PDH Rodas, los quiere debilitar por procesos en su contra impulsados de la Contraloría General de Cuentas, añade.
Luego explica que el caso más complejo es el de los magistrados de la CC, pues ha principiado una presión de parte de Estados Unidos para que se respete el estado de Derecho. Para ir tras las cabezas de los magistrados cuenta con el apoyo –e impulso– de sus aliados en el Congreso.
El mayor peligro es lo que parece un plan maquiavélico para que el poder político controle al sector justicia. El retardo malicioso en la elección de las cortes por parte del Congreso, es la punta visible de esta plan, sumado al descabezamiento pretendido de la CC, como se demuestra con la desobediencia a sus fallos y los procesos contra 4 magistrados.
El discurso del mandatario es a favor del respeto a la institucionalidad, pero bajo el pretexto de “no intervenir en el tema de la justicia”, permite que en el Congreso el partido oficial y sus aliados continúen con su plan.
El caso es tan preocupante, que Washington, que ha sido un aliado de las políticas de los gobiernos de Jimmy Morales y el propio Giammattei, ha enviado mensajes claros a favor de la Corte de Constitucionalidad, advirtiendo el peligro que representa seguir con las presiones contra el máximo organismo en el sistema jurídico.
Estas acciones producen una calificación de pésimo por las implicaciones que tienen, al promover mayor debilitamiento institucional y un fortalecimiento de la clase política vinculada con la corrupción.
Oscar Eduardo Camey Luna /
Es un hecho que ningún país estaba preparado para una situación de esta magnitud, pero los que peores consecuencias han tenido, son los países en donde está enraizada la epidemia de la corrupción. El Presidente creó una comisión presidencial para combatir la corrupción, síntoma inequívoco de un compadrazgo criminal con los corruptos, pues sólo es necesario fortalecer y respaldar a la FECI para el combate de la misma. Ningún gobierno puede ser bueno o lograr algo bueno para la población, si su objetivo primordial no es el combate a la criminal corrupción. Todo fracaso político solo tiene relación con la incapacidad de ser honestos, honrados y capaces para luchar contra los criminales entaizados en el estado.
MIGUEL ANGEL GARCÍA TALÉ /
Falso de toda falsedumbre, diría Chespirito, que los 48 Cantones hayan convocado a una protesta masiva por el uso de la mascarilla. Por favor Nómada, si les queda dignidad, desmientan esa afirmación.
El Chino Mack /
"El presidente Giammattei ha sido cauto y ha protegido bastante la economía...". Que mamón salió don Gonzalo. Ojo que el quebró Siglo XXI (por eso Baldetti lo compro), arruino Prensa Libre, desapareció la Revista Crónica (segundo tiraje) y vamos en que convierte Nómada.
Esos piropos de don Gonzalo me recuerdan a los que le lanzaba al conejo Óscar Berger allá por el lejano 2005-2006.
José Miguel Alquijay /
No puedo creer que tan siquiera una de estas áreas sea "Regular"?? , cómo es posible que digas que el manejo de la pandemia es "Regular". Ha sido completamente nefasta! ,inútil y solo ha servido para robar! . No confundas a la gente con observaciones así.
Hansel Mo Ay /
Con todo para gestionar la pandemia, nos encaramó una deuda pública de aproximadamente ochenta y cinco mil millones de quetzales, sin incluir los multimillonarios intereses. Con otra suma igual quizás funcione regular el sistema sanitario.
Judith De Morataya /
Muy interesante el punto de vista que expresa en cuanto a las investigaciones que hace y que nos las trasmite de una manera muy clara muchas gracias y bendiciones sigan adelante