Audio del lobby anti-CICIG: “La cosa está bien difícil”

En los últimos dos años los grupos anti-CICIG centraron sus esfuerzos en frenar, desde Washington, la lucha contra la impunidad. Fruto de esos esfuerzos fue la estrategia del presidente Jimmy Morales de alinearse con el presidente Donald Trump para trasladar la embajada guatemalteca en Israel a Jerusalén. También lo fue el contrato de un enviad personal de Jimmy Morales y de 4 diputados con la firma de lobby Barnes & Thornburg, por US$1,920,000

Además de los múltiples viajes a Estados Unidos. El más sonoro fue el de diciembre de 2016, de una comitiva de empresarios y la cabildera Betty Marroquín, ex directora de la Gremial de Telecomunicaciones y columnista del portal República GT. Viajaron para presentar una versión desfavorable del impacto que la CICIG estaba teniendo en el país.

No tuvieron ningún impacto. El apoyo de los dos partidos estadounidenses, republicano y demócrata a la CICIG, había continuado intacto. Pocas inversiones podrían competir en efectividad. Estados Unidos invierte US$6 millones anuales para financiar casi la mitad de la CICIG y sus resultados son sobresalientes en la lucha contra la corrupción y la impunidad que provocan que la democracia no funcione y continúen las migraciones masivas.

El lobby intentó aprovechar un complejo caso de la familia rusa de apellido Bitkov. Llegaron a Guatemala y compraron documentos falsos, fueron capturados y para defenderse acusan al Kremlin, a la dictadura de Vladímir Putin, de manipular a la CICIG. El argumento es muy débil. Más porque el abogado que representa a los rusos que piden la extradición de los Bitkov es Henry Comte, magistrado suplente colocado por Jimmy Morales (un anti-CICIG) y porque toda la investigación inició por una denuncia de un trabajador de Migración. El trabajador dijo que había sido amenazado de muerte por Enrique Degenhart, el entonces director de Migración y actual ministro de Gobernación (otro anti-CICIG). Por eso el caso tuvo poco eco en el Congreso.

Lea: El caso de los Bitkov tiene un origen macabro que toca al ministro de Gobernación. 

Para los anti-CICIG aquello fue un triunfo, aunque Marco Rubio tiene escasa influencia sobre el equivalente de las Comisiones de Finanzas del Congreso y del Senado de Estados Unidos. Ese 'triunfo' se esfumó rápidamente.

Esta mañana ha circulado un audio en el que Betty Marroquín, afín a los grupos de derecha pro-impunidad, Fundación Contra el Terrorismo y la Liga Pro Patria, enviaba un mensaje sobre las acciones que había que tomar para continuar con la presión en Washington.

El audio es revelador sobre las dificultades de la campaña anti-CICIG:

– Estimados por favor quiero pedir su atención por un momento. He recibido un aviso de la Helsinki Comision (que examinó el caso de los Bitkov). Hay gente dentro de la Helsinki Comision que está a favor de Iván Velásquez; más que nada los demócratas. Entonces las cartas que van a dar a la comisión, así genéricas, pueden ir a dar a los demócratas y los demócratas las va a desaparecer.

– Por ello pidió que las cartas se dirigieran directamente a

Uno de los problemas que parecen tener los lobistas anti-CICIG es que quienes respaldan su visión de los hechos solo son personas que han sido acusados por la CICIG.

– Que las cartas las escriba gente que no tenga casos pendientes con CICIG, que no estén investigados, que sean empresarios, gente de bien de Guatemala, que se anime a escribir explicando quién es. Es muy importante que ese tipo de carta también llegue. La cosa está bien difícil. La embajada de Estados Unidos está apoyando a Iván Velásquez, ya lo tengo clarísimo. Han mandado mensajes al departamento de Estado hablando bellezas de Iván.

¿Has escuchado ‘WhatsApp Audio 2018 - 05 - 11 At 08.17.31’ de Pedro Trujillo 4 en #SoundCloud? #np

Vean como opera el lobby para promover el tema de los rusos en la Comisión Helsinki.
ESCUCHEN y saquen su propio criterio...https://t.co/9RawCUqjyw

— Pedro Trujillo (@Perico8461) 11 de mayo de 2018

“Las cosas están bien difíciles” por dos razones. La primera de ellas es porque la Comisión de Helsinki en realidad no tiene mayor ámbito de influencia. Es un espacio de diálogo, especialmente sobre seguridad en Europa, pero no tiene facultades legislativas para hacer solicitudes de modificaciones presupuestarias.

La otra razón es porque ante el anuncio de Rubio sobre su solicitud de detener el financiamiento, lo que vino fue una oleada de pronunciamientos en respaldo de Iván Velásquez.

Entre ellos el que hizo la congresista Norma Torres, denunciando el lobby desde Guatemala y recalcando la necesidad de que el gobierno norteamericano mantenga su apoyo.

También hubo un pronunciamiento escrito por parte del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de Estados Unidos (link) y un respaldo por parte de Antonio Guterrez, presidente de la OEA, en reconocimiento directo de Iván Velásquez. (el tuit incrustado)

Desde Guatemala se envió una carta al senado para manifestar el apoyo al trabajo de la comisión. Una carta que contaba con las firmas de seis exdiplomáticos de peso en el ámbito internacional. Tales los casos de Edgar Gutiérrez, Gerth Rosenthal y Edmond Mulet, con amplio reconocimiento dentro de la ONU, y de Eduardo Stein, que estuvo a punto de logar la presidencia de la OEA. También acompañaban las firmas de Francisco Villagrán y Fernando Carrera.

Por si esta campaña de apoyo a la CICIG no fuera suficiente para sepultar el lobby liderado por Betty Marroquín, su ‘tiunfo de los Bitkov’ se esfumó por artículos en los medios conservadores The Economist y The Washington Post, artículos en The New York Times, y por la carta de los excancilleres y exembajadores. Además, el politólogo conservador Daniel Haering le recordó a los políticos que Marco Rubio es el equivalente del estrafalario diputado Fernando Linares Beltranena.