En 5 puntos: Corruptos versus jueces, 2.0

[¿Aún no recibís La Jugada? Suscribite aquí y recibí en tu correo una explicación de lo más importante del día.]

Las manifestaciones, las investigaciones y decisiones de jueces independientes entre 2015 y 2016 hicieron que los diputados aprobaran una ley para empezar a alcanzar el sueño de una justicia independiente en Guatemala.

Vamos a explicarlo en 5 puntos.

1. La diferencia entre jueces y magistrados

En Guatemala tenemos jueces y magistrados. Los jueces de carrera empiezan desde abajo y son, por lo general, el eslabón más sólido del sistema de justicia. Jueces de carrera han sido quienes han puesto a raya a los más impresentables de nuestra sociedad: crimen organizado, narcos, militares acusados de crímenes, corruptos y sus financistas. Jueces de carrera, por ejemplo, son Miguel Ángel Gálvez, Ericka Aifán, Yasmín Barrios, Patricia Gámez, Claudia Escobar o María Cristina Fernández.

Los jueces son evaluados permanentemente. Continúan si su desempeño es adecuado.

Sus resoluciones son apelables, a las salas de apelación y a la Corte Suprema de Justicia, que están conformados por magistrados. Pero el problema de nuestro sistema es que los magistrados (jueces con mayor poder) no son de carrera sino que son electos por comisiones de postulación y el Congreso.

Hemos demostrado desde Nómada cómo abogados (como Roberto López, el Rey del Tenis) le regalan casas a comisionados (como Giovanni Orellana) a cambio de que voten por sus candidatos. O cómo ahora teníamos comisionados (como Byron Monterrosa) que se han dedicado sistemáticamente a defender a narcos. Y gracias a la confesión escrita de Manuel Baldizón, tenemos evidencias de cómo él y Alejandro Sinibaldi manipularon el listado de la última elección en 2014 para escoger a magistrados de la Corte Suprema de Justicia que les garantizaran impunidad. Felipe Alejos, de Todos, votó junto a PP y Líder, y después fue beneficiado por esa misma mayoría de la Corte Suprema encabezada por Vitalina Orellana.

Los magistrados, de salas y de la Corte Suprema, no son evaluados nunca. Su continuidad no depende de su desempeño sino del lobby que pueden hacer en las comisiones de postulación y con los diputados.

Esto ha sido un sistema perverso. Un sistema de justicia capturado por las mafias y los corruptos.

2. El Consejo de la Carrera Judicial

La ley crea el Consejo de la Carrera Judicial, que está diseñado para ser un contrapeso técnico a las decisiones políticas de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Que los magistrados de la CSJ se dedique a la justicia y el Consejo a la evaluación permanente de los magistrados, sus ascensos, sus sanciones, sus traslados, sus especializaciones, sus mejoras, en fin, a preservar la carrera judicial.

La CSJ, electa por Baldizón, Sinibaldi y Alejos, es de mayoría corrupta. Antes la dominaba Blanca Stalling –la que intentó interferir para que se salvara a su hijo del caso IGSS-Pisa– y ahora tiene como jefe de cártel a Vitalina Orellana.

Vitalina Orellana. Foto: Soy502

El Consejo de la Carrera Judicial, por desdicha, está dirigido por Carlos Guerra, un juez algo pusilánime que se rehúsa a hacer valer la ley y reconoció en una entrevista en Prensa Libre que sigue los dictados de la Corte Suprema de Justicia, cuando está mandado a seguir criterios técnicos.

3. Las evaluaciones de desempeño anuales y la nómina

El artículo 6 de la Ley dice que el Consejo de la Carrera Judicial tiene que evaluar el desempeño de jueces y magistrados.

Tiene que hacerlo de manera anual.

Y tiene que presentar a las Comisiones de Postulación la nómina de jueces y magistrados que quieran buscar ser electos o reelectos para magistrados de Sala o de la Corte Suprema de Justicia.

Esta nómina debe incluir el informe de desempeño.

Así, los comisionados no van a poder sacar de la contienda a jueces independientes por estupideces como que el sello de su DPI va en una hoja distinta. (Eso fue lo que hicieron con Miguel Ángel Gálvez.)

Y, lo más importante: van a poder elegir a los mejores candidatos, de manera técnica.

4. Evaluaciones técnicas

La ley establece puntos clave para el reglamento. No puede ser cualquier mamarracho. Los instrumentos del artículo 32 son claves. Debe ser de estándares nacionales e internacionales. Debe incluir evaluación ética, de gestión de despacho, de calidad.

5. Preferencia por los de carrera que por externos

Para construir una carrera judicial, y que no sean abogados o bufetes externos (o la corrupta CSJ actual) quienes influyan en la justicia nombrando a magistrados afines, la ley establece en los artículos 76 y 77 algunos puntos clave:

– Si su desempeño es satisfactorio o sobresaliente, y manifiesten su interés, los magistrados podrán estar en la nómina enviada a las Comisiones de Postulación. Se pondrá especial atención a años de experiencia, especialización y desempeño.

– En la Comisión de Postulación para Salas de Apelaciones, la nómina que pase al Congreso dará preferencia a quienes sean parte de la Carrera Judicial (jueces, magistrados) o hayan sido parte (exjueces y exmagistrados). Es decir, al menos 55% por ciento de los 280 candidatos deberían ser (o haber sido) de la carrera judicial.

– En la Comisión de Postulación para Corte Suprema de Justicia, la lista de 26 candidatos deberá estar distribuida equitativamente entre miembros de la carrera judicial (jueces y magistrados), exmagistrados, exjueces y abogados externos.

***

Esto evitará que los grupos paralelos dominen las altas cortes.

¿Por qué las Comisiones de Postulación –incluida gente ética como la licenciada Jary Méndez o el bravucón del padre Serrano– no reclamaron que no se estaba cumpliendo con la ley? ¿Cómo se prestan al juego de los mafiosos?

La Ley de la Carrera Judicial busca que sea la meritocracia la que predomine en las Cortes.

***

Como las Comisiones de Postulación no estaban aplicando la ley –vaya espanto–, la Corte de Constitucionalidad dio la razón a la Fundación Myrna Mack cuando lo protestó en un amparo y le ordenó a las Comisiones de Postulación repetir todo el procedimiento siguiendo la ley de la Carrera Judicial.

Pero nuestros corruptos del Congreso son alérgicos a las leyes decentes. Por eso Alvaro Arzú Escobar, Felipao Alejos, Estuardo Galdámez, Armando Escribá, Javier Hernández y Juan Ramón Lau quieren reformarla. Dictaminaron a favor de una iniciativa que busca eliminar la independencia del Consejo de la Carrera Judicial y hacerlo, ya legalmente, dependiente de la Corte Suprema de Justicia. Además de quitar otros requisitos clave.

No podemos permitir que la alianza criminal haga otro pacto de corruptos para procurarse impunidad cinco años más.

Necesitamos defender a los jueces independientes. Como se sabe bien en los diseños republicanos, van a ser los únicos que nos defiendan a los ciudadanos de la ley de la selva, de los más fuertes, que en Guatemala son los narcos, los corruptos, sus financistas y sus porras. Scar y las hienas.